lunes, 19 de abril de 2010

El Ejército, ¿semillero de guerrilleros? (historias del subsuelo en la montaña)

Sí. El título es una provocación. A manera de respuesta a las incontables veces que se ha dicho que las universidades públicas (en especial la UNAM) y las normales rurales son escuelas de guerrilleros.

Cada determinado tiempo así sucede en los periódicos. Y salen a relucir las tres historias más o menos documentadas que son “prueba irrefutable” de la presencia de células del EZLN, EPR e incluso FARC en la UNAM.

Una de cal por las de arena.

El 21 de agosto de 2001, un supuesto documento salió a la luz, en el que se daba cuenta de que tres presuntos eperristas desaparecidos desde 1997 habrían sido en realidad “ajusticiados” por el mismo grupo armado.

Los eperristas serían Paula Galeana, una de las viudas de la matanza de Aguas Blancas, Emiliano Estevez Mondragón, ex militar y ex policía, y Fortunato Avelino Huizache, hermano de una importante dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, organización social que ha sido hostigada y acusada de ser “pantalla” del EPR casi desde su fundación.

Los desaparecidos se habían esfumado desde finales de octubre de 1997, pero sus familiares nunca habían denunciado los hechos.

El 29 de agosto, la madre de Emiliano Estevez Mondragón, Benita Mondragón Mendoza, rindió su declaración ministerial en la Ciudad de México.



DE MILITAR A GUARURA, DE POLICÍA A GUERRILLERO


Emiliano estudió hasta el segundo año de secundaria, contó su madre ante el MP. Decidió dejar la escuela porque “le daban dolores de cabeza”, y comenzó a trabajar en el campo. Un día, en Atoyaquillo, cuando tenía 16 años, llegó “gente del Ejército, entre ellos un capitán de apellido Castillo” a la población de la familia, y pidieron un guía para llegar hasta cierto paraje que no conocían. Emiliano los llevó. Al capitán le simpatizó el muchacho y le ofreció enlistarlo en el Ejército. Emiliano accedió.

La historia es muestra de uno de los procesos de reclutamiento de Ejército que nutrió a esa organización casi desde su inicio: el levantamiento (por lo general voluntario, pero no siempre) de menores de edad de las zonas rurales. Niños y jóvenes que no tienen muchas oportunidades de desarrollo; y expuestos desde temprana edad a la violencia de la milicia.

Emiliano estuvo tres años en el Ejército, de los 16 a los 19. Siempre fue soldado raso. Después de haber presenciado enfrentamientos en el estado de Durango, decidió darse de baja. Entonces se fue a trabajar a Cancún, como personal de seguridad en el Hotel Fiesta Americana. Ahí permaneció alrededor de un año. Después, con su familia, se trasladó a Pentatlán, Guerrero, e ingresó a la policía, a la que perteneció por dos años. Posteriormente se trasladó a otras poblaciones y tuvo diversos trabajos. Emiliano también fue líder de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS).

“A mi hijo Emiliano desde pequeño le pusimos el “vocho”, pues nació en el mes de agosto de 1967, en Atoyaquillo, municipio de Coyuca de Benítez, estado de Guerrero. Aquí en Atoyaquillo hacemos celebraciones en los primeros días de agosto, en el que se hace un muñeco de zacate que se le dice vocho”.

Emiliano era amigo de Paula Galeana, así como Fortunato Avelino Huizache, de Coyuca de Benítez, quien “ayudaba a vender a su papá”, recordó doña Benita. “También llevaba una buena relación con Hilda Navarrete Gorjon (miembro de la organización de derechos humanos “La voz de los sin voz”).

Doña Benita reconoció que nunca denunció ante las autoridades estatales la desaparición de su hijo Emiliano. Una vez, incluso, dijo que Rocío Mesino le había mandado decir, con Eudosio Avelino, que dejara de buscar a los desaparecidos.

Por cierto, la desaparición y posible homicidio de los tres presuntos eperristas dio pie a que la PGR intentara acusar de asesinato a uno de los hermanos Cerezo. Pero, el único testigo que se presentó a declarar, dijo que el Cerezo en cuestión tenía 15 años cuando entrenaba a señores de 45 en Guerrero.

Pirámides y perros (La falacia en la cultura del mexicano)

Gandhi solía decir que la cultura de los pueblos se mide por su trato a los animales. La frase es fuerte, verdadera, y deja muy mal parados a los mexicanos.

Y eso duele.

Los mexicanos (en su mayoría),cuando les toca recibir a un extranjero, llevarán a su invitado a las pirámides de Teotihuacan. Pocos sabrán decir, con honestidad, que el centro arqueológico fue incorrectamente reconstruido por los arqueólogos, a inicios del siglo XX. En su afán por mostrar un pasado prehispánico glorioso, el gobierno de entonces no esperó para estudiar a fondo las ruinas, y las echó a perder. Excavaciones posteriores demostraron que las pirámides no estaban dispuestas de la forma en que los presurosos creadores del mito mexicano las reconstruyeron.

Pero todos hemos pasado un fin de semana familiar, lleno de “oh”s y “ah”s frente a los enormes monumentos.

Y entonces decimos: los mexicanos tenemos mucha cultura.

Cuando fui a Teotihuacan por primera vez lo hice en mi cumpleaños número 21. Fui sola. Decidí que sería una especie de rito de iniciación. Tomé el autobús, con una mochila con dos mudas de ropa, porque a la noche tomaría el tren (todavía había trenes de pasajeros) rumbo a Veracruz, la tierra de mis antepasados.

Desconté el millar de piedritas mezcladas en el cemento, que indican qué parte de la construcción no es original. El noventa por ciento de los gloriosos monumentos fue inventado. Los padres de familia llevaban a sus hijos. Un par de alemanes deambulaban con soberbia por el lugar.

A la salida, la carretera estaba casi tapizada de basura. Los automóviles jamás bajaban su velocidad al pasar al lado de un peatón. Era como si los conductores disfrutaran de amedrentar a los caminantes. Mexicanos que salían de saciarse de un glorioso pasado, sin el respeto elemental frente al otro.

Por la noche, esperé el tren. Un hombre, de unos 40 años se acercó y me pidió un cigarro. Se lo di y platicamos. Terminó invitándome a su casa.

Para un mexicano, ver viajar a una mujer sola, sobre todo si es joven, es inmoral. Y la mujer se convierte automáticamente en objeto de agresión o acoso sexual.

Los mexicanos, tan cultos. Provenientes de una cultura de dioses.

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En México ningún partido ha hecho suyo el impulsar una Ley de Protección a los animales. Los animales no votan. Peor aún, los animales no son seres, son cosas. La única forma de proteger a tu mascota, es acusar al agresor de “daño en propiedad ajena”.

Los perros callejeros, por su parte, no son de nadie. Entonces, cualquiera puede torturarlos, matarlos y la ley no los protege.

Pero, claro, los mexicanos tenemos tanta cultura. Toda ella, heredada, casi por genética.

Y entonces vienen peleas de gallos, los míticos toros, peleas de perros...

En el diario digital Nayarit en línea fue publicada una nota que daba cuenta de un video que unos adolescentes subieron a su página de facebook.

Los adolescentes son estudiantes de un Conalep en Nayarit. Sus nombres son: Marco Antonio Bernal Ledón , Herber Prexady Flores Hernández y Angel Marin González.


No subí el video al blog porque se me parte y corazón, y honestamente me dan ganas de hacer justicia por propia mano contra estos sinvergüenzas.

En el video se puede ver cómo un perro callejero es torturado hasta la muerte, por estos jóvenes, quienes permiten que unos perros de pelea lo destrocen. Los jóvenes ríen. Encuentran "chistoso" el sufrimiento hasta la muerte del animal. El diario digital, "para respetar la ley", omitió el nombre de los jóvenes y borró sus caras. Los hizo no identificables para sus vecinos.

No hay marco legal para perseguir jurídicamente esta atrocidad que, por lo demás, se repite casi cotidianamente en nuestro país.

Según José María Fernández Unsaín (+), fundador de la Sociedad General de Escritores de México, la “cultura es el paso de la inteligencia por las cosas”. No tiene nada que ver con monumentos herencia de antepasados. NI siquiera con el cúmulo de libros que se leen, sino lo que el individuo o la colectividad decide construir a partir de la información que recaba en su vida: libros, televisión, productos culturales, trabajo, pensamiento, deporte.

En el caso mexicano, tal parece que el paso de nuestra inteligencia por las cosas, en términos generales, está discurriendo entre la narcocultura, la mitificación de la violencia y el vacío. Un onanismo compulsivo, gozoso en la miseria.


El glorioso pasado mexica, o chichimeca es sólo eso: un pasado que se recuerda para no sentirse tan mal los fines de semana. Pero la inteligencia no está pasando por ese pasado. Ni por el pasado, ni la cosmovisión indígena que respetaba a profundidad cada vida, cada milagro de vida en este planeta (en particular las culturas chichimecas y nómadas del norte).

No sé si como pueblo podamos salir de esta espiral en decadencia.

Hoy mi corazón está partido.

sábado, 17 de abril de 2010

Historias del cielo en blanco y negro

El Ejército apesta y Sabina es de güeva

Durante la semana hubo dos preguntas en el Facebook que causaron profundas confrontaciones: ¿el Ejército apesta? y ¿Joaquín Sabina es de güeva?

Ambas preguntas sacaron ámpulas. Pero de la primera hubo la suerte de que Adela Cedillo, historiadora que se ha enfocado a estudiar la guerra sucia y la historia de los movimientos armados, se apuntara a la discusión:

Ella explica que “el ejército moderno fue formado por gente que cometió asesinatos en masa durante la revolución de 1910. Nació apestoso, eso con anda se quita”.

La discusión amarró. Germán, productor musical y patadeperro profesional, dijo:
--Sé que te va a caer como bomba esto que diré, pero el Ejército no apesta. Por desgracia está en manos de gente que efectivamente sí. Porque digo esto, porque a pesar de toda la maldad que quieras ver en esta institución, es una institución que acata órdenes y éstas no están a discusión sean buenas o malas.

"Quisiera saber cual seria tu opinión: ¿si tuviésemos un gobierno de izquierda ideal y el Ejército tuviese excesos con organizaciones derechistas? Recuerda que al final los soldados también son pueblo e infinitamente más pueblo que tú y yo. En vez de seguir dividiendo inconcientemente al pueblo, debemos unirlo".

Sergio Méndez, actual abogado, de la revista Contralínea, dijo:
--Pues si lo que dice Germán se confirma, en el sentido de que los soldados matan inocentes por órdenes de sus mandos, entonces tales actos no son errores, sino evidencia de una política institucional, lo cual sería infinitamente más grave y preocupante. De ser así, el Ejército claro que apestaría, pues estaría completamente podrido.

Germán:
--Bueno tal vez alguien que haya sido militar o en su vida tenido acercamientos a disciplina marcial puede entender. Generalizar como lo haces me da a entender que para ti solo hay bueno y malo, blanco y negro. Claro que es una política institucional y te hago la misma pregunta: si estos actos fueran en contra de grupos de derecha ¿cuál sería tu opinión?, ¿en serio la condenarías? Siendo sinceros no lo creo.


Sergio Méndez
--No hablo de los asesinatos cometidos por cualquier ejército durante una guerra convencional. Yo me refiero a las ejecuciones cometidas en contra de civiles inocentes, e incluso de toda persona, inocente o no, que haya sido ejecutada extrajudicialmente por el ejército. Insisto que tu propio argumento (ejército actúa cumpliendo órdenes) me da la razón sobre la podredumbre de las fuerzas armadas.

"Ni en una guerra convencional las fuerzas armadas son libres de atacar sin límites; los convenios de Ginebra y el Estatuto de Roma los señalan. En ningún país democrático en donde exista un Estado de derecho, se acepta como defensa el alegato de que se actuó siguiendo órdenes. Precisamente esa fue la defensa de los genocidas nazis en los juicios de Nüremberg, y desde entonces no fue aceptada".


Adela Cedillo
--Lamento llegar tarde a este extenso e interesante debate, pero, con el debido respeto, me parece ingenuo pensar que se puede hacer una distinción tajante entre la institución, su personal y sus mandos (no olvidemos que el Presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas). Desde la formación del ejército moderno porfiriano hasta nuestros días, éste ha sido el instrumento privilegiado para exterminar a los enemigos del Estado, esa y no otra es su principal función (aclaro que los liberales de la Reforma nunca lograron unificar al ejército, eso fue obra de Díaz).

“Los excesivos privilegios de este organismo lo han llevado a actuar al margen de la ley, por eso entre los fundadores de los cárteles mexicanos siempre encontraremos militares. Esta no es una desviación, sino una recompensa por su obediencia. El Estado nunca se autocondenaría por utilizar al ejército con fines perversos, por eso cuando algún militar es acusado de algún delito, el gobierno de inmediato se apresta a señalar que se trata de malos funcionarios que se extralimitaron en sus funciones. Ese argumento ha servido históricamente para no recorrer la escala de mandos en casos como las desapariciones masivas, el genocidio y la tortura sistemática que se perpetraron durante la guerra sucia. Prevalece el fuero militar, para evitar las condenas a las que se harían acreedores los militares y el alto mando por crímenes de lesa humanidad.

“La obediencia debida como dijo Sergio no es un argumento válido y no es una coincidencia que desde hace más de un siglo el ejército viole masivamente los derechos humanos de la ciudadanía. Ejemplo de que es posible tener un ejército que no sirva como brazo ejecutor del Estado: la lucha contrainsurgente en Alemania e Italia en la década de los setenta”.

Sobre la güeva de la música de Joaquín Sabina, hubo más consenso. Excepto por los troveros, que enviaron amenazas anónimas a mi correo.

lunes, 12 de abril de 2010

La muerte de Emmanuel D’herrera (o de cómo el arraigo domiciliario sólo es válido si se es expresidente genocida)

El sábado pasado, Emmanuel D’Herrera falleció a los 65 años por un derrame cerebral desencadenado por un encarcelamiento jurídicamente irregular. Éste duró 11 meses, y no contó con los cuidados necesarios para atender su diabetes e hipertensión.

Emmanuel D´Herrera fue llamado “unabomber región cuatro” por la prensa, por hacer estallar un artefacto explosivo en el Walmart de Teotihuacan el 16 de mayo de 2009.

Era activista desde hacía décadas. Era de los pacíficos. Incluso había contendido para cargos de elección popular por diversos partidos, según el diario Excélsior.

De acuerdo con los comunicados del comité en defensa de Emmanuel De Herrera, este señor de 65 años tenía estudios en Economía Internacional realizados en París, Francia; dominaba perfectamente el francés, inglés e italiano; tuvo una carrera diplomática, con actividades comerciales y empresariales en Francia, España, Portugal, Bélgica, Estados Unidos, Colombia y Venezuela.

Pero el tema de la construcción de un Walmart en una zona arqueológica en Teotihuacan le pudo. Participó desde 2004 en las organizaciones opositoras.

El 16 de mayo de 2009, dicen algunos, “se le pasó la mano”: hizo estallar un artefacto explosivo dentro de la Bodega Aurrera de Teotihuacán, en el Estado de México.

Según el propio Emmanuel, la idea no era herir a nadie, sino hacer ruido. Le funcionó.


El 17 de mayo de 2009, D'Herrera Arizcorreta fue ingresado en el Centro de Prevención y Readaptación Social de Molino de Flores en Texcoco, Estado de México, y sometido a proceso penal por el delito de “Portación de arma peligrosa” en el Juzgado 2º de primera instancia. La Juez a cargo del proceso le otorgó la libertad bajo fianza y salió libre el 21 de mayo de 2009.

“Al cruzar el umbral de la prisión, cuatro personas, sin identificación, ni gafete de ninguna clase u otro indicio de que fueran policías, le sujetaron violentamente y le subieron a un vehículo. Durante al menos seis horas lo trajeron esposado y encapuchado”.

Posteriormente fue llevado a una oficina de la Policía Ministerial de Estado de México, en Toluca. No se le permitió hacer una llamada.

“Fue trasladado a la Procuraduría de Justicia del Estado de México para que se le practicara una certificación médica, pero no habiendo allí ningún aparato para medir la glucosa en sangre, lo llevaron a un hospital, donde lo tuvieron el resto de la noche, con suero e insulina para controlarle la crisis de diabetes con que arribó”.

A la mañana siguiente, después de tratar de hacerlo firmar una declaración, le dijeron que quedaba libre.

“A la salida de la oficina, fue detenido por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, que le trasladaron a Ciudad Nezahualcóyotl para presentarlo a la delegación de la Procuraduría General de la República, y después ser ingresado en el Penal de Neza-Bordo, donde se le procesa por el mismo hecho por el que estuvo en el Reclusorio de Molino de Flores, esta vez con cargos federales, ante el juzgado 12 de distrito en Ciudad Nezahulacóyotl.

En otras palabras: se le proceso por el mismo delito en dos juzgados.

Durante casi un año en prisión, D’Herrera presentó severas complicaciones relacionadas con sus padecimientos (diabetes e hipertensión). Esto fue denunciado casi desde el principio por sus compañeros, ya que su salud comenzó a deteriorarse rápidamente. Después de 11 meses, había perdido cinco piezas dentales; sufrió disminución de la vista; perdió mucho peso, y finalmente, sufrió un derrame cerebral, por lo que fue internado en el Hospital General Dr. Gustavo Baz Prada Nezahualcóyotl.

Era un hombre de 65 años comprometido con lo creía, enfermo, y que fue encarcelado de forma irregular y sin tener los cuidados que necesitaba. Esto fue denunciado repetidamente a las comisiones de derechos humanos local y nacional. Hasta la fecha ninguna se ha pronunciado por el caso.

miércoles, 7 de abril de 2010

Paulette y la pureza de la historia policiaca

¿Por qué los humanos leemos thrillers, vemos películas policiacas, o de terror? ¿Por qué casi todo microbusero guarda el Alarma o El Gráfico debajo de su asiento, para ver alternativamente mujeres semidesnudas y fotos de atropellados y asesinados?

De acuerdo con los sociólogos del cine, el hombre ve esas historias porque de este modo exorciza o conjura la posibilidad de que le ocurran. Saber que esto le pasó a alguien más alivia la tensión o el temor de que nos pase a nosotros.

También explican los sociólogos de la violencia en el cine: los seres humanos van a zoológico a ver al león; y no a los corderos. En las historias policiacas, la gente se concentra en el criminal, en el monstruo; la víctima queda sin rostro.

Este es el mecanismo del éxito de películas de asesinos seriales y thrillers.

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La muerte de Paulette ha sido más comentada y analizada por la sociedad que la entrevista de Scherer al Mayo Zambada; que el intento de homicidio de Salvador Cabañas… ha relegado en los medios casos emblemáticos de la impartición de justicia en México, como el de Alberta y Teresa, o los impunes homicidios de decenas de periodistas por el crimen organizado, los abusos de que son objeto cientos de ciudadanos, por el Ejército, en el marco de la lucha contra el narcotráfico.

Más allá de teorías de la conspiración, esto se debe a su pureza como historia policiaca.

La de Paulette inició como toda cobertura emergente en las cercanías de Semana Santa. La historia se prestaba para suplir la falta de información en el periodo vacacional: una niña de cuatro años, bonita, güerita, simbolizó desde el principio lo que habremos de llamar el síndrome de “los ricos también lloran”: una sociedad “de jodidos” (como la describió el Tigre Azcárraga hace ya una década) puede observar cómo a la gente acomodada también le ocurren desgracias.

Paulette acaparó inmediatamente la atención.

Pero el desarrollo de la historia dio para más: el hallazgo inverosímil del cadáver debajo de su propio colchón; el melodrama familiar; el comportamiento mediático de la madre y su presunto romance con su entrenador; el arraigo de los padres y las dos nanas desarrollaron la condena social hacia la madre y el desprecio unánime hacia el padre.

Posteriormente vinieron las mutuas acusaciones entre cónyuges: las infidelidades, las deudas económicas, las sospechas. El caso Paulette representa la pureza de la nota policiaca en su máxima expresión: pasiones, crimen, móviles mezquinos.


A eso hay que sumarle la aportación “a la mexicana” de la deplorable actuación de la Procuraduría del Estado de México; el inverosímil hallazgo del cuerpo de la niña 10 días después de su desaparición, debajo del colchón… las últimas declaraciones del procurador Bazbaz (del cual ya varios grupos han pedido su destitución) en las que pone en duda que Paulette fuera asesinada…

Todo esto ha sido desmenuzado hasta el cansancio por analistas. Pero, ¿se trata sólo de “alimentar el morbo”, como condenan muchos?

ENTRE EL ALARMA Y DOSTOYEVSKY

La historia policiaca retrata de la forma más fiel las pasiones de la raza humana. Esto no se logra en ningún otro género. Pero, de nuevo, hay niveles.

¿Qué hizo Dostoyevsky con la historia de un asesino? Creó Crimen y Castigo, El idiota, Demonios.

¿Qué hizo Flaubert con una nota roja (de sus tiempos) que salió en el periódico, sobre el suicidio de una mujer de clase media? Escribió Madame Bovary.

Más cercano al periodismo. ¿Qué hizo Truman Capote con el cuádruple homicidio de una familia rural que cimbró a la sociedad norteamericana en su tiempo? Fundó el nuevo periodismo estadunidense con su libro “A sangre fría”.

En la cobertura del caso Paulette extraño cosas: ¿Quién era esta niña en realidad?, ¿le gustaba Winnie Pooh o le gustaban las princesas de Disney?, ¿iba Paulette a la escuela? Si es así, ¿cómo se encuentran sus amiguitas en el jardín de niños y que les han dicho sus papás para explicarles que Paulette está muerta? ¿Qué le dijeron a sus primos o primas, a su hermana?

Quisiera saber si el procurador del Estado de México ha podido dormir estos días. ¿Está acaso indignado porque hay un infanticida suelto?, ¿Hay acaso alguien en el gobierno del Estado de México que le preocupe dejar libre a un o una infanticida?

Más a profundidad, con el tiempo, quisiera conocer los resortes de esta capa media alta, casi alta de la sociedad: cómo era la vida cotidiana de la familia Gebara Farah.


LOS OTROS NIÑOS

También extraño una nota que me explique quiénes eran Martín y Bryan Almanza Salazar, de 9 y 5 años de edad, asesinados en un retén militar hace dos días en Nuevo Laredo. ¿Iban a la escuela?, ¿quién los extraña?, ¿cuál era su caricatura favorita?, ¿qué querían ser de grandes?, ¿a qué equipo de futbol le iban?, ¿murieron de inmediato?

También quisiera quién era el menor de edad que, en 2008, cayó al Río Santiago, en Guadalajara Jalisco, y murió intoxicado con arsénico. Esto generó una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a Conagua, la cual, fue denunciado este miércoles, fue rechazada.

¿Qué edad tenía este niño del cual no sabemos ni su nombre?*, ¿Sabía que iba a morir?, ¿qué quería ser cuando fuera grande?, ¿Quién lo lloró?

* El nombre del niño era Miguel Ángel López Rocha

lunes, 5 de abril de 2010

Víctima, topo o lesbiana (los pasos oscuros de Ruth)

La de Ruth es una historia que he querido contar muchas veces, y siempre me he detenido.

Esta mujer, odiada por los activistas de la UNAM, señalada por los grupos armados como informante y de la cual el status quo siempre ha guardado silencio, ¿quién es en realidad?


Hace un par de años, el Centro de Documentación de los Movimientos Armados hizo público un documento (escrito por “Francisco” un ex guerrillero del Ejército Popular Revolucionario, y del cual Proceso y El Sur habían publicado ya algunos fragmentos) en el que relata la manera en la que Ruth Judith Ortega Orozco presuntamente se habría infiltrado a los movimientos sociales y, posteriormente, a los movimientos armados, en particular al Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente.

Ruth o la juchiteca habría contactado a finales de los años noventa a Jacobo Silva (comandante Antonio), entonces principal líder del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente y pareja de Gloria Arenas.

“Francisco” advierte al ERPI que Ruth podría ser informante de las autoridades desde antes. Pero el líder erpista no hizo caso.

Ruth había prometido al Comandante Antonio que lo pondría en contacto con otra agrupación armada (un ficticio EVLN, que incluso “envió” falsos comunicados durante meses). Y es que, en ese entonces, el ERPI acababa de escindirse del EPR, y quería ganar fortaleza. Pero, han afirmado los familiares de Jacobo en diversas entrevistas a medios de comunicación, se trató de una celada.

Lo cierto es que Jacobo fue aprehendido en compañía de “la juchiteca”, a la que dejaron libre a las pocas horas. Cuatro días después, Gloria Arenas también cayó presa. Ambos fueron torturados.


Y desde entonces Ruth, que los comunicados guerrilleros describieron como una “joven morena de pelo negro", se dio a la fuga.

Trascendió que la juchiteca era en realidad sobrina de un entonces senador del PRD oaxaqueño, y que había estudiado en el CCH Azcapotzalco y… ahí es donde comienzan nuevas imprecisiones, contradicciones, respecto a la identidad de Ruth.

Existen personas que asistieron al CCH Azcapotzalco o al Sur en los noventa que aseguran haber tomado clases con ella.

¿Ruth se identificaba como estudiante de ambos planteles? ¿Estaba acaso inscrita en ambos? ¿es posible esto?

Pero todos coinciden en describirla como una joven muy alta, más alta que el promedio de las mujeres mexicanas, muy morena, de rasgos indígenas, poco agraciada y más bien obesa.


Después de que Jacobo y Gloria fueron encarcelados, otros rumores se esparcieron por la universidad: Ruth conocía a Ricardo Zavala (quien perdió la vida en la masacre del Charco. Muchos estudiantes o personas cercanas al CEM así lo aseguran.

EXILIO A DOS TIEMPOS

Después del dramático caso de la aprehensión de los líderes del ERPI, Ruth o la juchiteca salió del país; se refugió en Canadá y solicitó asilo político. No se lo dieron.

El juicio duró bastante tiempo, y a pesar de que ella alegó que su vida estaba en peligro debido a los grupos armados y la policía, las pequeñas comunidades de exiliados políticos en Canadá se opusieron a ello.

Entonces Ruth regresó a México.

Pocos saben que la juchiteca estuvo en nuestro país por dos años, antes de volver a intentar conseguir la residencia canadiense. En ese tiempo, solicitó ayuda y respaldo de perredistas, priistas, activistas de a pie… nadie se lo dio. Su presencia causaba repulsión incluso entre los priistas, y entre los activistas que más han repudiado a los grupos armados. algunos llegaron a decir: "odio la guerrilla, pero una traidora, no".

Con todos dijo variables del mismo discurso: ella era inocente. Ella no era una topo, no era informante. Era una víctima. Nadie le creyó. Entonces volvió a irse.

En su nuevo intento por ser recibida en Canadá, Ruth cambió la estrategia: dejó de lado los motivos políticos, y, con sus dos hijos de la mano, solicitó el apoyo de las feministas y defensoras de género en ese país. Alegó que era una mujer indígena, lesbiana y madre soltera, y que su país (México) no garantizaba sus derechos como ser humano.

Las mismas organizaciones se opusieron, pero, en esta ocasión, las organizaciones feministas y por los derechos de las personas homosexuales la respaldaron. Ruth ganó el juicio y obtuvo la residencia. Paradójicamente (o no tanto) ahora ella pertenece a una organización que se encarga de recibir a refugiados por motivos políticos… esta organización da asesoría legal a personas que vienen huyendo por motivos políticos o sociales, de las autoridades mexicanas...

jueves, 1 de abril de 2010

Jacarandas maravillosas

Historias del cielo en primavera

Historia del cielo lila

Dos historias del infierno laboral

Un patrón (de “izquierda”, y apoyado por sus contactos en el poder del gobierno del Distrito Federal) dice a sus 30 trabajadores, después de haberles de dejado de pagar por casi seis meses: “tomen todo lo que tengo: las seis computadoras pc –que son armadas --, el servidor –también armado y ya desmontado--, los muebles (prestados), las computadoras macintosh –que no he terminado de pagar.

"Además, les dejo el nombre de la empresa y los pasivos" (las deudas, por casi 15 millones de pesos)".


El patrón, de izquierda y revolucionario, no accedió a por lo menos dejar su biblioteca personal. Tampoco el cuadro de Flores Magón que colgaba de su oficina.

***

Escribe Lich Andares: “hace tiempo que la defensa de los derechos laborales por mano propia es cosa rara. Hay una huelga de gasolineros en el sur de la ciudad. Son nueve heroicos. Los sindicatos grandes ya no hacen huelgas. Los grupos pequeños sí, a veces. Ya son raros, y cada vez más pocos. Carajo”.

Alicia propone llevar una batucada, unas despensas, pasar el día con los trabajadores, darles ánimos, para que resistan, porque en estos tiempos de “competencias”, pues la onda es hacerse “competitivo” a la mala. Ya no hay

El 23 de marzo de 2010 el Sindicato de Trabajadores de Casas Comerciales, Oficinas y Expendios, Similares y Conexos del Distrito Federal (STRACC) estallamos la huelga en la empresa ‘Auto Servicio Belem SA de CV’, con domicilio en calzada de Tlalpan no. 424, esquina Coruña colonia Viaducto Piedad, Delegación Iztacalco, México, DF.

Los trabajadores, con más de 10 años laborando en la empresa (¡10 años trabajando en una gasolinería y respirando ese horror!) “decidimos no soportar más los malos tratos y las ofensas” y decidieron hacer la revisión contractual a la empresa. “Los acuerdos con la empresa no fueron cumplidos por ella, decidimos ejercer nuestro derecho de huelga”.

De acuerdo con información emitida por el Frente Auténtico del Trabajo, para impedir la instalación de la huelga, la dueña mandó golpeadores, quienes, sobre todo, agredieron a las mujeres. Finalmente los trabajadores ganaron.

Pero la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) decidió aplicar los criterios de la llamada reforma laboral “Lozano” y declaró ilegal la huelga.

“No deja de admirar que a pesar de que Rosario Rached, patrona y responsable, reconociera, a través de sus propios abogados, de que los trabajadores no recibían salario ni estaban afiliados al seguro social, la huelga fue declarada inexistente”.

Otra historia laboral: La huelga de los nueve años