martes, 24 de noviembre de 2009

Víctor y Emmanuel y la acción directa [y breve historia de terror sobre los reclusorios del Distrito Federal]

Me encontré a un viejo cuate de la facultad, que ahora, resulta, trabaja en la Secretaría de Seguridad Pública local.

Le pregunté sobre la marcha del 2 de octubre, durante la cual –todavía frescos los bombazos de los ecoanarquistas—el Gobierno del Distrito Federal desplegó un aparatoso operativo de seguridad.

Tan caótico estuvo el operativo, me contó, “que los granaderos ya habían levantado a uno de los nuestros (es decir, un policía vestido de civil)”.

--¿Tu amigo querrá hacerlo público?--, le pregunté ingenuamente.
--Claro que no. Pues si es tropa--, me contestó.

***

El pasado 19 de noviembre se efectuó la primera audiencia en el caso de Víctor Herrera Govea, de 21 años, acusado de haber saqueado en pandilla un Oxxo, durante la marcha del 2 de octubre.

Los policía judiciales (faltaron algunos) aseguraron ante el Ministerio Público, que identificaban plenamente a Víctor, y que éste había participado en el saqueo del Oxxo. Además, dijeron que Víctor llegó todo golpeado al penal porque, cuando lo aprehendieron, se estaba peleando con sus propios compañeros.

VIDEOS DE YOU TUBE

En los videos que se han hecho públicos del saqueo al Oxxo, no aparece Víctor Herrera Govea. En cambio, han denunciado los compañeros de Víctor, sí aparece un joven que ha sido identificado como porro de CCH Naucalpan. Aunque este joven sí fue aprehendido in fraganti, nunca llegó al reclusorio.

En otro video se muestra cuando granaderos llevan a Víctor, con el rostro bañado en sangre, y luego lo sueltan. El camarógrafo pregunta a Víctor qué pasó y éste dice que estuvo en un enfrentamiento con policías.

Después, relatan los amigos de Víctor, éste se reintegró a la marcha a la altura de Eje Central y 5 de Mayo y llegó a la plancha del Zócalo. Nunca se limpió la cara llena de sangre.

Cuando abandonaba la plancha, policías judiciales vestidos de civil lo retuvieron sin orden de aprehensión


ACCIÓN DIRECTA

Las autoridades policiacas parecen ensañarse con los anarquistas. El pasado 23 de noviembre, fue aprehendido Emmanuel Hernández Hernández, quien participó en las movilizaciones del Foro del Agua en noviembre de 2006. De nuevo se trató de acciones directas.

En ese entonces, la policía aprehendió a un montón de estudiantes y anarquistas en los torniquetes del metro Insurgentes. Al día siguiente Emmanuel fue liberado bajo proceso.

De acuerdo con el Comité Cerezo, “en la misma causa penal estaban otros estudiantes, los cuales fueron absueltos de los cargos de los que se les acusaba, siendo Emmanuel el único al cuál se le sigue un proceso judicial que inicia tres años después con su detención”.

A los pocos meses de iniciado el proceso, la madre de Emmanuel falleció, se explica en la ficha informativa. Por lo que el joven (que ahora tiene 23 años) ha tenido que hacerse cargo de su hermano menor de edad desde entonces. Actualmente, además está a un mes de ser padre.

Suponiendo sin conceder que los chavos hubieran hecho un acto de vandalismo, la pena es sorprendentemente desproporcionada, sobre todo en un país donde los delitos de verdad (asesinato, violación, secuestro) tienen un índice de impunidad del 98 por ciento.

Es decir, la policía judicial no está metiendo a la cárcel a los secuestradores, a los asesinos, a los miembros del crimen organizado. Casos espeluznantes como Casitas del Sur siguen trabados. Casos desgarradores como el de la Guardería ABC siguen en “investigaciones”.

CUENTO DE TERROR

Mientras el caso continúa y Víctor está preso, los familiares han denunciado una serie de irregularidades y maltratos que ha sufrido en el penal. Entre ellas: Víctor ha sido hostigado por las autoridades, además, es obligado a limpiar varias veces al día los sanitarios del módulo en el que se encuentra, baños que son ensuciados constantemente con heces fecales, huesos, sobras de comida. Otra irregularidad, nadie conoce el reglamento interno del penal.

En los medios de comunicación se han hecho públicas las violaciones sistemáticas de derechos humanos en los penales del Distrito Federal: el hacinamiento, las ratas, la basura. Se han reportado casos de personas que deben comer con las manos.

De acuerdo con el Informe anual 2008 de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, en su sección "Balance de temas relevantes", se destaca la situación deplorable de los centros penitenciarios en la ciudad.

"Actualmente, el Distrito Federal es la entidad del país con mayor sobrepoblación en sus 10 centros penitenciarios (uno más es para sanciones administrativas), ya que aunque tiene una capacidad para 19 088 internos, albergaba –al 31 de diciembre de 2008– un total de 38 094 personas; es decir, que los reclusorios capitalinos operaban a 199% de su capacidad".

Este grado de hacinamiento no ha sido tomado en cuenta por el gobierno local para revalorar su política de "cero tolerancia" y meter a la cárcel a gente por delitos menores.

El Informe de la CDHDF continúa: "Desde la CDHDF se ha señalado en numerosas ocasiones que en un Estado democrático de derecho es aplicable el derecho a castigar, sin embargo la imposición de una pena privativa de la libertad debe ser el último recurso. Así lo ha reconocido la comunidad internacional a través de la Organización de las Naciones Unidas, que ha logrado condensar principios básicos o mínimos que deberían presidir las políticas penales y los sistemas penitenciarios de los países miembros.

"De acuerdo con este modelo, las personas privadas de la libertad, con excepción de las limitaciones producto del encarcelamiento, siguen gozando de los derechos humanos
y las libertades fundamentales consagradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, por lo que deben tener acceso
a la cultura y a la educación, tienen obligación y derecho a trabajar y a satisfacer
sus necesidades básicas de salud, higiene, agua potable...".

Los amigos de Víctor enviaron la siguiente carta a las autoridades del penal:

México D. F. a 23 de Noviembre de 2009

C. Lic Laura Talamantes García

Directora del Reclusorio Preventivo Sur del

Gobierno del Distrito Federal

PRESENTE

Nos dirigimos a usted para solicitar atentamente, que tome las medidas pertinentes a fin de que el C. Víctor Herrera Govea no sea hostigado en el dormitorio número 2, a donde fue trasladado a finales del mes de octubre.

Desde que llegó, el hostigamiento se hizo presente cuando uno de los licenciados responsables del dormitorio, le preguntó de qué privilegios gozaba para haber llegado ahí, argumentando que ese lugar únicamente se lo ganan los presos “haciendo méritos” desde tiempo atrás.

Por otra parte, cuando solicitó permiso para obtener información acerca de las materias de Derecho que desea tomar en el penal, se le indicó que pidiera permiso en el siguiente turno y lo mismo ocurrió cuando se acercó con el personal del siguiente turno.

Asimismo, solicitamos se nos de a conocer el reglamento del penal, ya que se han dado tres versiones diferentes para registrar las visitas de otros familiares y amigos: primero, que sus familiares deben entregar la lista en Trabajo Social, cuando su madre acude a la entrada para solicitar le permitan entregar la lista en Trabajo Social, se le indica que debe ser el interno quien la entregue , cuando los familiares le entregan a Víctor la lista para que solicite el permiso e ir a Trabajo Social y entregar la lista de visitantes, se le dice que tal vez no sea posible debido que llegó antes de tiempo a Población.

También desearíamos conocer el reglamento que rige la asignación de comisiones y el tiempo de duración de las mismas. Al respecto mencionaremos que se le asignó asear los baños, tarea que realiza él solo, en esta tarea ha sucedido en varias ocasiones que después de haber aseado por las mañanas, por la tarde encuentra que la regadera o el mingitorio tienen materia fecal, huesos y semillas, razón por la que tiene tres amonestaciones desde el 17 de noviembre con la amenaza de que la siguiente vez será sacado del ”programa”. Nuestras preguntas son:

¿Se le amonesta por no asear cuántas veces ensucien el baño no obstante se ha defecado en lugares inadecuados o se tire basura que va en otro lugar? ,

¿ Se investiga y se amonesta a quiénes ensucian?,

¿ Es esto un hostigamiento a quién siendo inocente se le encarceló rápidamente y está esperando la resolución de un largo proceso para reconocer su inocencia?

¿En qué programa esta inscrito y se le amenaza que se le dará de baja?

Por otro lado, señalamos que se viola el artículo 24 de la Constitución Política de nuestro país, así como el artículo 18 de la Declaración de los Derechos Humanos que garantiza la libertad de conciencia y de religión puesto que se le obliga a asistir todos los días a un grupo religioso, en el penal de un estado laico como lo es el Estado mexicano.

Nosotros estamos seguros que Víctor Herrera Govea se encuentra injustamente acusado en la averiguación número 286/09 y está en espera de la resolución de la Juez Celia Marín Sasaki del juzgado número 30.

Por lo tanto lograr la libertad de Víctor Herrera Govea, cuidar su salud y seguridad es una tarea que no vamos a abandonar, pues es un compañero joven que se ha distinguido por estar al lado de las causas justas, además de ser una persona honrada, trabajadora y uno más de los presos políticos que tiene este gobierno.

A T E N T A M E N T E

Comité por la Libertad de Víctor Herrera Govea

jueves, 19 de noviembre de 2009

La maté, pero...

Lydiette Carrión

Ciudad de México



Osvaldo Morgan, el homicida confeso de Alí Cuevas, aseguró estar “sumamente arrepentido” de haber matado a la joven. Al ampliar su declaración dijo: “Si no hubiéramos discutido, si no me hubiera atacado, esta circunstancia tan grave no hubiera ocurrido”.

Este miércoles se efectuó la ampliación de declaración de Osvaldo Morgan, y un careo entre él y el hermano de Alí Cuevas, Erick Monterrosas, así como tres testigos de la fiesta. El careo fue solicitado por la defensa. En él Osvaldo cuestionó que éste haya ventilado información respecto al tipo de noviazgo entre Osvaldo y Alí. A lo que Erick Monterrosas advirtió que si en al algún momento se han aportado cuestiones de violencia en el noviazgo, por ejemplo, e mails impresos, es porque “se nos ha asesorado en el sentido de su pertinencia para sustentar el carácter de la relación entre Alí y tú, un sentido más amplio".

Durante la ampliación de declaración, Osvaldo también reprochó a Erick el haber denunciado ante los medios de comunicación una serie de irregularidades en el proceso. A lo que posteriormente Erick respondió que todas las irregularidades denunciadas están debidamente documentadas. Tal es el caso de que, en el expediente al principio obró una ficha signalética que, donde debería llevar la fotografía de Osvaldo, llevaba la de otra persona.

Al ampliar su declaración, Osvaldo Morgan relató: que por la mañana (sin tener claro qué hora era) Alí quería limpiar el departamento, y le preguntaba que dónde estaba la escoba… comenzó una discusión donde ambos alegaron problemas familiares… Todo se volcó en eso. Ella se acercó mucho a mi persona y me dijo que era un chaparro, yo la retiré, la empujé le toqué la cabeza y fue cuando sentí la primera puñalada. No sentí ningún dolor. La miré a los ojos y estaba pálida…” Osvaldo dijo que forcejeó con ella “y el cuchillo se fue directo a su ojo, recuerdo que le arrebaté el cuchillo y le piqué el estómago […] no recuerdo hasta que me veo flagelando mi brazo y haciendo consciente […] estaba tirada enfrente de mí”.

La defensa de Osvaldo ha planteado su estrategia en alegar defensa propia y un problema pasional. La familia de la joven ha negado lo anterior. Y advirtió que, suponiendo sin conceder, que Alí lo hubiera atacado, la respuesta de Osvaldo fue completamente desproporcionada. Los peritajes forenses (a los que El Periódico tuvo acceso) dan cuenta de hasta 25 puñaladas en el cuerpo de Alí.

Y es que, explica Rosaura Ramírez de Inmujeres, en México, la justicia generalmente justifica los asesinatos de mujeres por un problema pasional, se alega un "estado de emoción violenta". Pero no se aplica la misma justicia a las mujeres cuando éstas son procesadas. Por ello, es un sistema de justicia patriarcal. Por lo general se trata de desvirtuar a la víctima, justificar la agresión.

El pasado 9 de noviembre se efectuó la segunda audiencia del caso, en el que Asael Ramírez Soriano y José Alfredo de la Torre Caudillo (quienes asistieron a la fiesta) ratificaron su declaración del 21 de septiembre pasado, al afirmar que al despedirse, notaron que había actitudes agresivas de Osvaldo hacia Alí.

Alí Cuevas Castrejón murió asesinada el pasado 20 de septiembre, un día después de su cumpleaños 24.

En el departamento de Osvaldo se llevó a cabo la fiesta de cumpleaños de Alí. Al mediodía después de la fiesta, Osvaldo despertó a su amigo Alejandro, quien se había quedado a dormir en el departamento. De acuerdo con la familia de Alí, Osvaldo confesó su crimen y trató de matarse. La defensa de Osvaldo afirma que Alí atacó a Osvaldo.

Publicado en El periódico el 19 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La huelga de los nueve años

El pasado 13 de noviembre, medio centenar de ex trabajadores de la empresa Bordados Mecánicos (Bom) realizó una comida y tardeada. El objetivo era “darse ánimos” al cumplir nueve años de una huelga a la que no se le ve el fin, y unirse para presentar una lucha legal articulada contra lo que, explicaron, fue un fraude por parte de su antiguo patrón, Jorge Plaschinksi Ripstein.

Los trabajadores cuentan su historia.

El 13 de noviembre de 2000, el Sindicato Unidad Democrática de la Industria Textil, convenció a los más de 200 trabajadores sindicalizados de estallar una huelga para proteger el pasivo laboral de la empresa. Pero mientras ésta se realizaba, Plashinksi Ripstein declaró en quiebra a la bordadora que, en otros tiempos, fue líder del ramo.

Ya desde 1995, la empresa presentaba problemas. En ese entonces se declaró la suspensión de pagos (el cual fue autorizado y el gobierno avisó a todos los acreedores). Durante cinco años hubo problemas económicos y se realizaron paros escalonados, así como avisos de embargo precautorios.

En 1999, el sindicato apresuró la revisión de contrato colectivo, pero el patrón ya había decidido cerrar. Entonces los más de 200 empleados (160 de base y 49 de confianza) se lanzaron a huelga, como sugirió su líder Mario Martínez Dector.

“En aquel entonces creímos que iba a durar poco”, explicó uno de los ex trabajadores, mientras la carde daba fin a la comida de los nueve años de huelga, en la calle de Azares número 95.

La empresa se negó a liquidarlos y ni siquiera les devolvió su caja de ahorro. Posteriormente, los trabajadores se enteraron de que la empresa había dejado de pagar Infonavit, IMSS y todas las prestaciones desde cinco años antes. Ello a pesar de que la empresa les seguía descontando las cuotas respectivas.

Actualmente, de acuerdo con los juicios laborales entablados, los trabajadores ya han ganado la maquinaria como compensación. Pero, después de nueve años, ésta es obsoleta y se encuentra dañada por todo ese tiempo sin uso.

Lo que buscan ahora es que les den el predio donde se hallaba la fábrica, en la calle de Azares número 95, Colonia Santa María Insurgentes. Pero la defensa patronal ha alegado que ese predio no es propiedad de Plaschinski, sino de una inmobiliaria llamada Borda.

Sin embargo, durante estos nueve años, no se ha presentado representante de la inmobiliaria, por lo que los trabajadores presumen que el predio sí pertenece a su ex patrón.

“¿Por qué nos hace esto?”, cuestiona Ramiro Rodríguez Patiño, refiriéndose a su antiguo patrón, Jorge Plaschinski. “Este señor no considera el sufrimiento que ha generado. Hay compañeros que ya fallecieron, y él apuesta a que nos olvidemos de esto”, dice el trabajador, de 58 años de edad, que ingresó a la empresa desde 1978.

En nueve años, cuatro de los trabajadores ya fallecieron. Sus familias nunca recibieron la liquidación.


EL SINDICATO TRAICIONÓ

Desde el principio, los 200 trabajadores se dividieron en tres grupos: los trabajadores de confianza, los sindicalizados y los que con el tiempo todos llamaron los “disidentes” (que eran trabajadores sindicalizados pero que no creyeron en éste).

El sindicato no ha hecho nada a favor de los trabajadores, asevera Rosa Hernández Juárez. Durante cinco años “el patrón dejó de pagar seguro social e Infonavit, a pesar de que se los descontaban a los trabajadores. Y nadie del sindicato dijo nada”.

Isaac Eliseo Peña es un hombre ya mayor. Explica que entró a la empresa en 1971. “La huelga, pues fue patronal, porque nomás nos engañaron. Dijeron que, yéndonos a la huelga se aseguraba el pasivo laboral”. Pero no fue así.

“Nosotros fuimos los primeros que no creímos en el sindicato”. Porque “fuimos a una reunión, y el síndico de la quiebra dijo que ahí no tenía nada qué ver el sindicato. Y los [líderes sindicales] ya no hablaron ni nada. Se quedaron calladitos.

“Saliendo de ahí, nos fuimos a buscar una persona que nos ayudara. Por eso nos dicen los disidentes”. Actualmente, este grupo es el que más ha trabajado por que la demanda se gane a favor de todos los trabajadores, coinciden los trabajadores de los tres grupos. Y también concuerdan en que el sindicato no ha hecho nada.

--¿Qué van a hacer?
--Organizarnos—dice Pablo Galindo. –Queremos unión, porque estos cuates ya se han pasado de listos.

Por eso, se han reunido para poder juntar por lo menos el 50 por ciento de trabajadores más uno y así, dejar de ser tres grupos, y convertirse en uno solo.

Una versión de este texto se publicó en el diario El Periódico el martes 17 de noviembre de 2009.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Las muertas que cambiaron mi vida


Hay historias, coberturas de historias, que me han marcado de manera vital como ser humano; que me hacen reflexionar sobre el papel que pretendo jugar en la vida, mediante una actividad o mediante la escritura. Esas historias son pocas.

He cubierto grandes eventos que han definido la vida de México, pero en el fondo de mi corazón me valen madre. Nunca fue vital entrevistar al “zar antidrogas de EU” o estar en Yucatán durante la firma del Plan Mérida.

En cambio, historias pequeñas me han cimbrado. Tal es el caso del asesinato de una niña mexicana de 16 años en San Francisco, hace ya varios años. Recientemente, el caso de otra joven, Alí Dessiré Cuevas Castrejón, ha revivido la herida que me dejó conocer, después de su muerte, la vida de Yesenia Nungaray.

Decidí escribir sobre el homicidio de Yesenia hace unos tres años, debido a una nota en los periódicos de Estados Unidos que referían cómo unos detectives de la Bahía de San Francisco habían logrado identificar, después de tres años de esfuerzos, a una adolescente asesinada. Me llamó la atención debido a que usaron avanzadas técnicas forenses en la identificación, y porque los policías se habían empeñado en la resolución de un crimen contra una mexicana.

Pero cuando fui, por primera vez, a Yahualica, Jalisco, se me rompió el corazón. El ejercicio de conocer a una niña asesinada me dejó seca, vacía por dentro, durante varias semanas.

El seguimiento del asesinato de Alí me hizo recordar a Yesenia. Mandé un mensaje a una amiga de la madre de Yesenia. Me dijo que el homicidio sigue impune, a pesar de que todos conocen al asesino y todos saben dónde está.


Identifican en EU a mexicana asesinada en San Francisco





El 1 de mayo de 2003, el cadáver de una migrante “hispana” de entre 12 y 17 años fue hallado dentro de una mochila de lona verde atrás de un restaurante Carrows, en la comunidad de Castro Valley, en el área de la Bahía de San Francisco, Estados Unidos. Fue sofocada con un trapo que fue empujado por su garganta; llevaba aproximadamente 10 días muerta.

Este tipo de crímenes generalmente engruesa la carpeta de casos sin resolver. Pero en esta ocasión, los policías a cargo nunca lo cerraron. A mediados de diciembre pasado, luego de más de tres años, lograron identificar a la víctima: Yesenia Nungaray, originaria de Yahualica, Jalisco, quien acababa de cumplir 16 años y llevaba tres semanas en EU cuando fue asesinada.

Antes de su muerte, la joven vivió en compañía de Miguel Ángel Núñez Castañeda, quien alguna vez trabajó como lavaplatos en el restaurante Carrows y ahora es “persona de interés” en el caso. La policía de EU lo sigue buscando.


En una maleta

Cuando fue hallada, la adolescente vestía un pantalón de pijama a cuadros verde y una blusa azul con rojo, de la marca Tommy Hilfiger, traía puesto un solo calcetín corto con dibujo de copos de nieve, llevaba las uñas de los pies pintadas; la mitad del cabello, castaño y ondulado, se encontraba recogido por una pinza con forma de mariposa. Traía unos aretes de oro pequeños.

El grado de descomposición no permitió que la policía tuviera una idea clara del rostro de la adolescente, a la que se llamó “Castro Valley Jane Doe” (todas las personas sin identificar en EU reciben el genérico Jane o John Doe). Sólo fue posible realizar un dibujo sobre su probable apariencia.

La autopsia reveló otros datos: era muy joven, no había rastros de alcohol o drogas en su organismo; era saludable y no tenía ni una sola carie. Medía 1.55 metros y pesaba aproximadamente 50 kilos.

La tranquila comunidad de Castro Valley y su policía se conmocionaron por el caso. Les perturbó que nadie reportara desaparecida a la joven, a pesar de que el caso fue ampliamente difundido por televisión y radio.

Al terminar la autopsia, sólo quedaba cremar los restos, pero la comunidad se negó a ello: mediante aportaciones le dio a Jane Doe una sepultura, en cuya lápida se leía “Hija de Dios desconocida”. Durante más de tres años, los pobladores colocaron flores en su tumba. La adoptaron.

Scott Dudek, encargado de investigar el caso para el alguacil de Alameda County y su equipo, también la adoptaron. Se propusieron no cerrar el caso hasta identificarla, y lo lograron. Ahora buscan al asesino.


Ciudad Juárez, pista falsa


En febrero de 2006, un informante anónimo vinculó a Jane Doe con un indocumentado mexicano de los Altos de Jalisco llamado Miguel Ángel Núñez Castañeda. La policía entrevistó al joven alrededor del mes de septiembre de ese año, pero éste desapareció dos días después.

Entonces, Scott Dudek mandó exhumar el cuerpo de Jane Doyle, para que la artista forense Gloria Nusse realizara una escultura de su rostro.

El pasado 8 de diciembre, cinco policías de EU se presentaron en el pueblo de Yahualica, en los Altos de Jalisco. Llevaban bajo el brazo el busto de la muchacha y cientos de volantes en los que se pedía identificar a la joven y dar información sobre Miguel Ángel Núñez.

Yahualica es uno de los poblados jalicienses con más expulsión de migrantes a EU. En su paisaje árido, viven mujeres, niños y ancianos la mayor parte del año. También es una zona de influencia del narco, admiten incluso los miembros de la policía municipal.

Pero la gente de ahí no “hace maldades” en México, sino que algunos se dedican al narcomenudeo en EU. De ello dan prueba las flamantes camionetas y cuatrimotos que se pasean por el pueblo, siempre bajo el ritmo de la tambora. Pero los de Yahualica dicen que los verdaderos narcos son de Agua Colorada, de donde es originario Miguel Ángel.

De la migración dan cuenta los jóvenes cholos que caminan por las calles: rapados, con bigote, con ropa holgada. Cuando llegaron los policías de EU, la gente no dio crédito que se hiciera todo ese esfuerzo por una muchacha muerta. Creía que venían por algo más.

Los chicos del Centro de Bachillerato de Estudios Tecnológicos y Agropecuarios identificaron a Yesenia. Llevaron a los policías con la madre, María del Carmen Becerra.

La madre no ha querido dar entrevistas, pero ha afirmado a sus amigos: “Cuando le reclamé a Miguel Ángel dónde estaba mi hija, me dijo que se había ido con sus parientes en Las Vegas. Incluso, me reclamó que se había llevado su mochila de la lavandería. Es la misma mochila en donde la encontraron”.

Ahora, exige justicia. Pero la policía local revira: “No podemos hacer nada. No hay una orden de aprehensión”. Miguel Ángel, dicen en el pueblo, está en la sierra.
La comunidad de Castro Valley hará donaciones para transportar los restos de Yesenia y se entierren en Yahualica.


YESENIA NUNGARAY VIVÍA CON EL PRESUNTO ASESINO


Una semana antes de ser asesinada en Estados Unidos, Yesenia Nungaray llamó en dos ocasiones a su familia en México para decir que no se sentía a gusto viviendo con Miguel Ángel Núñez Castañeda.

Éste era un “buen amigo” de la madre de Yesenia, María del Carmen Becerra. Ahora es considerado “persona de interés” en el caso.

Cuatro días después de la fecha en que Yesenia pudo ser asesinada, Miguel Ángel viajó a Yahualica y se presentó ante la madre de la niña, y le reclamó que ella se había llevado su mochila de la lavandería, la misma en la que fue hallado el cuerpo.
El 1 de mayo de 2003, el cadáver de Yesenia fue hallado detrás de un restaurante en la comunidad de Castro Valley, en el área de la bahía de San Francisco, Estados Unidos. En el negocio en el que trabajaba Miguel Ángel como lavaplatos.

Pasarían más de tres años antes de que la policía, encabezada por el sargento Scott Dudek, lograra identificar el cuerpo.

Al hablar del asesinato de la joven, un policía de Yahualica dijo que ese tipo de “detallitos” ocurren a menudo, debido al constante tránsito de personas. Nadie sabe lo que está haciendo el otro en EU. Lo extraordinario en este caso fue el interés de la policía estadunidense.

Infancia difícil


Yesi (como la llaman quienes la querían) no terminó la primaria.
Sus padres se separaron cuando ella tenía 6 años. Su madre, María del Carmen Becerra, tuvo que trabajar casi todo el día. Su padre de-sapareció del pueblo cuando tenía 9 años. La niña creció sola.

A los 11, comenzó a buscar una salida e intentó escapar de casa.

En junio de 2001, a los 14 años, recibió dinero de unos familiares que vivían en EU y, a escondidas de su madre, se fue a Tijuana. Ahí estuvo tres semanas sin que ningún familiar o amigo le ayudara a cruzar la frontera por temor al enojo de su mamá. Uno de sus tíos finalmente reflexionó que era más peligroso dejar a una niña sola en Tijuana a que viviera con sus parientes en California.

En California, y a pesar de no haber concluido la primaria, Yesenia terminó el equivalente a la secundaria con muy buenas calificaciones y aprendió inglés. Al cabo de unos meses, dejó el soleado sur de California y se fue a Las Vegas, Nevada, con otros familiares.

Durante todo ese tiempo, envió cartas y fotografías a sus familiares y amigos en Yahualica. Una foto tomada en un estudio llegaría a su madre con la siguiente advertencia: “Si vas a ampliar una foto, que sea ésta”. Sobre un fondo lleno de morados y púrpuras se encuentra Yesenia, vestida con un ajustado y bonito vestido también morado, maquillada y coqueta.

Pero Yesenia comenzó a extrañar a su familia, su casa, su mamá. Decidió regresar a Yahualica, donde permaneció ocho meses. Se enamoró y le rompieron el corazón. Decidió emigrar nuevamente.

Yesenia quería estudiar. También quería tener una niña a la que llamaría Yessica; el nombre de Yesenia no le gustaba. Su canción favorita era A quién le importa, interpretada por Thalía. Sus amigos dicen que era una buena muchacha, no le guardaba rencor a nadie, y era muy popular.

Yesi le dijo a su mamá que regresaría a EU, pero le pidió que se fuera con ella. La madre no aceptó, pero decidió apoyarla.

Un amigo de María del Carmen, Miguel Ángel Núñez, le dijo a Yesenia que la quería, que se fuera con él cerca de San Francisco. La joven no aceptó. Entonces le propuso ayudarla a cruzar y llevarla con sus familiares a Las Vegas.

—Te pagaré cuando empiece a trabajar, dijo la muchacha.
—Págame si quieres, pero yo no te cobro.

El 14 de marzo de 2003, Yesenia pasó su cumpleaños número 16 en un avión rumbo a Tijuana. Pero, una vez en EU, el pollero, en vez de llevarla a Nevada la llevó con Miguel Ángel.

Yesenia vivió con él dos o cuatro semanas en Hayward, a 40 kilómetros de San Francisco.

El 18 de abril de 2003, Yesenia telefoneó a su mamá. Le dijo que no se sentía a gusto con Miguel Ángel y que iba a ahorrar dinero para irse a Nevada.

El 21 de abril volvió a llamar y le dijo a su mamá que ya se quería ir de ahí. Que la llamaría hasta que estuviera en casa de sus parientes. Pero no volvió a llamar. No volvió al trabajo.

Crónica
"TU HIJA ESTÁ BIEN, VENDRÁ EN DICIEMBRE"



Hace cuatro años mataron a su hija. Ocho meses atrás, apenas lo supo. Ahora, María del Carmen Becerra siente temor al caminar sola al trabajo, ya que el principal sospechoso del asesinato de su hija ha trabajado para el narco, dicen en la zona.
Y es que el narcotráfico está presente. Lo admite la gente de a pie, la policía local. Pero los narquillos de Jalisco se dedican al narcomenudeo en Estados Unidos. Aquí, en México, no hacen tantas maldades, dicen. Del narco saben en Yahualica, aunque la Procuraduría General de la República niegue tener información sobre operaciones del crimen organizado en los Altos de Jalisco.

María del Carmen Becerra es la madre de Yesenia Nungaray, una menor de edad que se fue a EU el día su cumpleaños número 16. El 1 de mayo siguiente fue hallada asesinada en una bolsa de lavandería atrás de un restaurante en el área de la bahía de San Francisco, en el condado Alameda. Alguien introdujo un trapo en su garganta. Fue identificada apenas en diciembre pasado, después de casi cuatro años de investigación por parte de la policía local estadunidense.

Los restos de Yesenia fueron repatriados y enterrados en el panteón de Yahualica hace dos meses.

El cielo es de un nítido imposible. Son las cinco y media. Las tumbas del panteón rebosan de flores de plástico y tela. Sobre la tumba de Yesenia hay varios ramos de rosas artificiales. Algunos de ellos son anónimos. Nadie sabe quién los mandó.
María del Carmen relata que en secreto veía a adivinos y gente que le leía las cartas para saber el paradero de su hija. “Tu hija está bien”, le decían. “Va a venir en diciembre”. Así la trajeron casi cuatro años, hasta que se encomendó al Espíritu Santo. Entonces supo el paradero. No ha vuelto a confiar en adivinos.
El temor de María del Carmen se une a la rabia de saber que el probable asesino sigue libre; a un duelo postergado, tras casi cuatro años de no saber dónde se encontraba su hija; a la culpa de haberla dejado ir; a la frivolidad de las autoridades locales que, el día que llegaron los restos de Yesenia, desviaron a la comitiva doliente del camino, para invitar a los policías estadunidenses a una cena de honor por la noche.

Yesenia aceptó la ayuda de Miguel Ángel “N”, que prometió apoyarla para establecerse en Estados Unidos. El 21 de marzo, dice la madre, habló por última vez con Yesenia. El 25, el sospechoso ya estaba de regreso en Yahualica. Buscó a la madre y le dijo que su hija se había ido y le reclamó que se había llevado su bolsa de lavandería. La misma bolsa en la que la menor fue encontrada.

María del Carmen explica que cuando trajeron los restos, un par de meses atrás, vio “sus huesitos”. Los restos de su niña conservaban los aretes de oro que ella le regaló. Pero no sabe qué ocurrió con las pulseras y la cadena con la imagen de la virgen —todas “buenas”, de oro, pues—, que también le dio a su hija.

Las autoridades estadunidenses siguen investigando bajo la dirección del inspector Scott Dudek. La prensa local ha asegurado que el implicado dejará de ser pronto “persona de interés” para convertirse sólo en sospechoso.


DUDEK, EL POLICÍA QUE RESOLVIÓ EL CRIMEN DE UNA MEXICANA


En 2004, la entonces fiscal para prevenir e investigar los casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua, Guadalupe Morfín, condicionó su ayuda a la policía de Estados Unidos a cambio de que el sheriff hiciera declaraciones favorables en la prensa. Ello, a pesar de que los estadunidenses también estaban prestando ayuda a las madres de las asesinadas de Juárez.

Así lo reveló el sheriff del condado de Alameda, California, Scott Dudek, quien investigara durante casi cuatro años la identidad de Yesenia Nungaray, asesinada en Estados Unidos en 2003, y siguiera 411 pistas falsas, una de las cuales lo llevó a Ciudad Juárez.

El 1 de mayo de 2003, el cadáver de una adolescente fue hallado detrás de un restaurante, en Castro Valley, en la bahía de San Francisco, EU. Pasarían casi cuatro años antes de que la policía local, encabezada por Scott Dudek, lograra identificar el cuerpo: se trataba de Yesenia Nungaray Becerra, mexicana de 16 años, originaria de Yahualica, Jalisco, y quien había migrado a Estados Unidos tres semanas antes de ser asesinada.

"El bebé de alguien"

Scott Dudek se conmovió con el caso desde el principio: “Teníamos a esta adolescente metida en una bolsa, que alguien tiró como si fuera basura. No se veía como una chica de la calle o una prostituta: traía ropa bonita, las uñas pintadas. Sus dientes eran perfectos, no tenía alcohol o drogas en su sistema. Eso nos arrebató el corazón, porque sabíamos que era el bebé de alguien”.
Al principio no estaban seguros cuál era su origen étnico. El cadáver estaba muy descompuesto y era difícil saber cómo lucía su Jane Doe (nombre genérico para las desaparecidas en EU). Por lo que investigaron niñas desaparecidas entre 12 y 17 años de todas las razas, con su tez, estatura y color de cabello. Posteriormente, los antropólogos irían cerrando la descripción: una adolescente de entre 14 y 17 años con rasgos primordialmente europeos mezclados con raza indígena y ojos almendrados: una niña mestiza.

El precio de una muestra de ADN

En 2004, la policía de Alameda siguió una pista hasta Ciudad Juárez, que, aunque no llevó a la identidad de Jane Doe, sí permitió identificar los restos de Azucena Cervantes, así como confirmar el caso de las investigaciones mexicanas.

El sheriff Dudek se encontraba viendo por televisión una marcha en Ciudad Juárez. Una madre llevaba la fotografía de su hija desaparecida en 2002: Minerva Torres.
“Pensé que Minerva Torres se parecía a nuestra chica, Jean Doe”. En ese entonces, lo único que tenían para tener una idea de cómo lucía “su chica” en vida, era un dibujo realizado a partir de los restos descompuestos.

El sheriff contactó a la mamá de Minerva y le propuso tomar muestras de ADN. Ésta le pidió que también tomara muestras de otras mamás de niñas muertas.
Entonces decidieron verse en el lado estadunidense del Puente de la Libertad (que une a Ciudad Juárez con EU). “El gobierno mexicano las iba a dejar pasar un día y tomar su ADN)”.

Esta ayuda por parte del gobierno mexicano no fue gratuita.
Aunque Guadalupe Morfín había estado en contacto con el departamento de policía del condado de Alameda y había colaborado con él, en esa ocasión condicionó la ayuda.
“Guadalupe Morfín me llama y me dice que los medios de comunicación están acusando al gobierno mexicano de no cooperar. Así que me pide que diga a los medios que sí está colaborando. Sólo entonces ella permitiría que estas mujeres pasaran por el Puente de la Libertad.

“Y eso hice: dije a los medios que el gobierno mexicano estaba cooperando y las mujeres pudieron venir. Llegaron alrededor de diez mamás, tomamos su ADN y lo pusimos en el sistema“.

Hueso robado


Dudek continúa: “Mientras estábamos ahí (en el Puente de la Libertad), otra mujer me dice: ‘¿Puedes sacar el ADN de este hueso que tomé de la mesa?’ ”
Se trataba de la madre de Neyra Azucena Cervantes, quien desapareció en 2003, cuando contaba con 20 años de edad.

Las autoridades mexicanas habían identificado unos restos, pero la madre nunca les creyó. Y es que el esqueleto presentado, de acuerdo con los medios de información en ese entonces, medía unos centímetros más que su hija.

“Así que cuando nadie estaba viendo, la madre tomó un hueso de la mesa”, explicó el sheriff .

“Ella me dio el hueso para probar si era el ADN de su hija. Y resultó que sí lo era, pero… del cuello para bajo, porque el cráneo era de un hombre...”

—¿Cómo supieron que no era la cabeza de su hija?
—(Mediante fotografías) los antropólogos miraron el cuerpo y la cabeza. La cabeza era muy grande para ser de una mujer. Además, la cabeza tenía impactos de bala y la mamá sabía que su hija no había sido baleada, sino estrangulada.

En cuanto a Minerva Torres, la familia sería informada años después que los restos de su hija habían estado en un refrigerador de la procuraduría estatal desde julio de 2003, cuando fueron hallados cerca de las oficinas de la procuraduría, y muy cerca de donde había sido encontrado el cuerpo de Azucena Cervantes. Ello, a pesar de que ambas jóvenes habían desaparecido en fechas distintas.

Tip anónimo


—¿Cuál fue la parte más perturbadora de esta historia?
—Quizá que la mamá de Yesenia no sabía realmente a quién reportar la desaparición.
“Sabía que su hija estaba perdida por casi cuatro años, pero no le dijo a nadie. No podía ir a la policía. No había sistema en el que ella simplemente pusiera datos”.
Dudek explica: “Nosotros sabíamos desde hacía por lo menos seis meses (antes de identificarla, en diciembre pasado), que la muchacha podía ser de Yahualica. Así que nos comunicamos por teléfono con las autoridades de allá para saber de alguien que estuviera perdido. Y nadie sabía nada. La policía de Alameda County pensó que la cosa sería tan simple como tomar el teléfono y preguntar: ‘¡hey!, ¿no tienen ninguna niña perdida que haya venido aquí a Estados Unidos?’, y que dirían: ‘sí: Yesenia Becerra. No sabemos dónde está’. Pero no fue así. Nadie sabía nada”.

—Cómo supieron que era de Yahualica?
—Porque había gente anónima que nos llamaba y decía que probablemente un joven llamado Miguel Ángel Castañeda tenía algo que ver. Ellos no eran específicos, y estaban asustados.

—Cuando estuvieron en Yahualica, en ningún momento fueron a Agua Colorada a buscar a Miguel Ángel.
—La policía mexicana dijo que podía ser riesgoso para nosotros.
Miguel Ángel Castañeda sigue siendo persona de interés. Continúa escondido en los Altos de Jalisco.


Bahía de San Francisco, California • Lydiette Carrión




* Serie de trabajos publicados en el diario Milenio entre los meses de febrero y mayo de 2007.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Osvaldo es un joven tranquilo: defensa

La defensa se ha centrado en defender la personalidad de Osvaldo

Lydiette Carrión

La estrategia de defensa de Osvaldo Morgan, quien confesó el homicidio de Alí Dessiré Cuevas Castrejón el pasado 20 de septiembre, se ha centrado en tratar de establecer que la personalidad de Osvaldo era tranquila, no violenta y estable.

La primera audiencia de desahogo de pruebas del caso se efectuó en el juzgado 39 de lo penal, a un costado del Reclusorio Norte, el jueves. Ahí, cinco amigos de Osvaldo rindieron testimonio sobre la personalidad del joven, al que calificaron de tranquilo. También aseguraron que la relación entre él y Alí era “normal”: jamás los vieron discutir o pelear.

Y es que, aunque Osvaldo Morgan confesó el crimen, ha alegado que fue en defensa propia, ya que la joven lo atacó primero. Sin embargo, el hermano de Alí, Erick Monterrosas, quien han tenido acceso al peritaje, ha negado que fuera así, ya que “los dictámenes de necropsia revelan una brutalidad descomunal en el ataque y un número de heridas por arma punzo-cortante que no tiene proporción con un intento de defensa legítima, argumento que nos parece irrisorio y cínico”.

La defensa también había trazado otro plan, que era establecer la personalidad de Alí Cuevas. Sin embargo, el juez Francisco Salazar Silva prohibió tales preguntas, al considerar que no tienen ninguna relevancia en el caso. Este lunes se llevará a cabo la segunda audiencia.

Publicado en El periódico el lunes 9 de noviembre de 2009.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Morgan defiende a su hermano






Lydiette Carrión

Alí Dessiré Cuevas Castrejón fue asesinada presuntamente por Osvaldo Morgan, quien fue su novio y se encuentra detenido en el Reclusorio Norte.

La familia de Alí manifestó tener temor de que el proceso no sea justo, debido a que Osvaldo es hermano de un ex diputado local, Humberto Morgan, por lo que denunció diversas irregularidades en el proceso.

El ex diputado –ahora funcionario de la Secretaría de Educación Pública del Distrito Federal–, accede a fijar su postura respecto de un hecho que, explica, devastó a su familia.

“Algo que tenemos que agradecer es que organizaciones de diversa índole se hayan involucrado en el caso, y se cuide, para ambos lados, que haya certeza, que haya objetividad en las investigaciones. Y a mí me parece que este tema que es muy fácil de pervertirse, cuando especialmente es narrado de una manera mal intencionada”, afirma

Niega que la joven haya sido asesinada de 25 puñaladas, como informó el hermano de la joven, Erick Monterrosas.

– ¿Por qué es una falsedad?
– Porque si tú ves los expedientes y analizas los peritajes, a los cuales nadie tiene acceso, te darás cuenta que no es así.
– Entonces, usted vio los expedientes. ¿Cuántas puñaladas fueron entonces?
– Los hechos sucedieron el 20 de septiembre. Mi hermano fue consignado al sexto día, después de salir de la Cruz Roja, de las lesiones que tuvo, y que evidentemente fueron hechas por Alí. Se abre un proceso en el que se presentan los primeros alegatos, se presentan las pruebas, y el 5 de noviembre es la primera audiencia, en la cual se van a presentar testigos.

“Habrá una segunda audiencia, el 9 de noviembre y de esos elementos de los testigos, de los hechos, los jueces determinarán cuáles fueron las circunstancias, o con base en toda esta información, cuáles son los resultados preliminares.

“Después de eso viene un espacio de calificación. Pero ese espacio de calificación de las circunstancias, de los hechos, de los peritajes, son los que van a dar los resultados.

“Cuando tú ves, porque tampoco necesitas ser perito ni sicólogo, ves a una persona, y la encuadras, y ves lo que ha venido haciendo en su vida, y dices cómo es posible que haya respondido de esa manera, que para nosotros es brutal”.

Morgan relató lo que conoció de primera mano de la tragedia.

“El sábado 19 de septiembre, a las 7 de la noche, Alí, Alejandro (que es uno de los testigos), Osvaldo y otra persona presentaron en el teatro del pueblo una lectura de poesía.

“Yo fui con mi hija de 19, (porque con ella tenían mucha comunicación tanto Alí como Osvaldo) y pasamos a dejarlos al departamento de Osvaldo… Al día siguiente, me habla mi hermana y me dice: ‘oye hay una situación, tremenda. Pasó algo verdaderamente grave. Hay que acudir al MP de la Cuauhtémoc’.

“A la una y media estaba en el MP. Y me dicen, sí efectivamente, que hay el asesinato de una mujer. Y un hombre que está en este momento en la Cruz Roja. Era Osvaldo, que estaba ahí”.

“Durante todo su estado de gravedad”, continuó, “estuvo incluso esposado a la cama de la Cruz Roja. Nosotros lo entendimos porque así era. Al sexto día, lo trasladó una patrulla de la judicial. Yo personalmente fui al reclusorio. Evidentemente eso lo haces como familiar para ubicar que quede en un área [del penal].

“El reporte de la Cruz Roja [lo describía] como de gravedad. Fue ubicado en el área de servicios médicos y ahí se quedó dos semanas. Ahora ya está en población. Y bueno, Ya empezó el proceso”.

“Es un proceso muy joven, apenas empieza con la comparecencia de testigos… y ya vendrá toda esta parte... y yo sigo alegando, que, primero, aunque se dé una apariencia de impunidad, no es cierto, porque ahí está, este hombre [Osvaldo], preso; segundo, estamos en una fase primaria del proceso, donde los jueces no han podido ni siquiera tener la relación propia sino de lo que son las primeras impresiones”.

Humberto Morgan sigue hablando, parece olvidarse que está en una entrevista. Parece desahogarse. Alejandro, explicó, en sus primeras declaraciones afirma que “él se fue a dormir, y otra persona que se llama Samaria, y que ellos no escucharon nada. [Hasta que] Osvaldo llama a Alejandro y le dice: ‘oye, ya maté a Alí… llámale a la policía’, y ‘te dije que esto en algún momento iba a pasar’. Alejandro habla con su mamá, le dice: ‘oye mamá, necesito que llames a la policía’”.

Osvaldo le dice a Alejandro: “ ‘Oye, ¿verdad que ya no me voy a salvar [refiriéndose a estar herido de gravedad]?’, y Alejandro le dice: ‘sí te vas a salvar’ y le habla a la Cruz Roja”.

LOS HECHOS

Alí Cuevas Castrejón murió asesinada el pasado 20 de septiembre, un día después de su cumpleaños 24.

En el departamento de Osvaldo se llevó a cabo la fiesta de cumpleaños de Alí. Al mediodía después de la fiesta, Osvaldo despertó a su amigo Alejandro, quien se había quedado a dormir en el departamento. De acuerdo con la familia de Alí, Osvaldo confesó su crimen y trató de matarse. La defensa de Osvaldo afirma que Alí atacó a Osvaldo.

La familia de Alí denunció diversas irregularidades en el caso. Por ejemplo, en el expediente del caso la fotografía del acusado no correspondía al ex novio de Alí, Osvaldo, por lo que temieron que éste ni siquiera estuviera en la cárcel. Esto fue corregido recientemente, pero quedaron ambas fotografías en el expediente.

* Publicado en El Periódico, el viernes 30 de octubre de 2009.


* Un feminicidio más, la sombra de la impunidad